Decía en mi reseña del anterior libro de la saga Bevilacqua y Chamorro que este verano caería alguno más y así ha sido. El mes que viene cae el próximo, seguro.
Sinopsis: (Tomada de Entrelectores)
Por primera vez desde la aparición de esta saga, Lorenzo Silva brinda la oportunidad a sus seguidores de deleitarse con cuatro novelas cortas independientes en un solo libro. En Nadie vale más que otro, Lorenzo Silva nos convierte de nuevo en testigos privilegiados de las pesquisas de los célebres Chamorro y Bevilaqua pero en esta ocasión el lector tendrá la oportunidad de adentrarse en cuatro de los casos de estos investigadores. El asesinato de una mujer en el que todas las sospechas recaen en un marido con un largo historial de malos tratos, la violación y la muerte de una niña, el hallazgo del cadáver de un delicuente común donde todo parece indicar que se trata de un ajuste de cuentas y el crimen contra un inmigrante en un pequeño pueblo son los cuatro asuntos que tienen como nexo, además de suceder todos en periodos estivales, el hecho de ser crímenes tan cotidianos como lo que se leen a diario en los periódicos, alejados de la extravagancia y de la sofisticación y, en consecuencia, tan reales como la vida, o la muerte, misma.
Opinión personal: Como explica la sinopsis este cuarto volumen de la saga no nos narra una historia completa, sino cuatro relatos cortos con características comunes a todos ellos. Los hechos suceden en verano, cuando la guardia civil está en cuadro con muchos de sus efectivos de vacaciones, pero es que los malos matan cuando les viene bien o cuando toca y no por eso habrá que dejar de investigar los hechos. Son todos casos fáciles a priori, casos que no deberían corresponder a Vila y Chamorro, que a fin de cuentas son los que se terminan comiendo el marrón. La resolución de los casos no es complicada como en los libros anteriores sino que se lleva a efecto con relativa facilidad, y es que supongo que Lorenzo Silva con estos relatos pretende mostrar que no todos los casos con los que les toca lidiar a nuestra pareja protagonistas tienen que ser rocambolescos. Posiblemente al tratarse de relatos cortos las historias no tengan tanta enjundia, pero creo que Silva maneja extremadamente bien la narración lo que le permite que la acidez, la ironía y todo lo caustico que destila Bevilacqua siga estando presente en los relatos.
Poco a poco he ido cogiendo más y más simpatía por Bevilacqua, también por Chamorro, porque aguantar a un compañero como Vila tiene que ser la leche. Supongo que todos nos podemos ver reflejados de un modo más o menos cercano en el sargento de la guardia civil, con esos pensamientos y esas respuestas que se guarda aunque todos nos quedamos con las ganas de que las hubiera escupido, como en el último de los relatos cuando el concejal de turno dirigiéndose a Bevilacqua le pregunta: ¿solo sargento? y Bevilacqua aunque piensa en responder: Hombre, a este poblacho no van a mandar a alguien de nivel. Si su partido le deja a usted ser teniente de alcalde..., finalmente responde: Lo siento, pero no crea que es porque no haya intentado subir. Es que me han suspendido tres veces en el curso de ascenso.
Cosa, por cierto, que no era verdad, pero que deja descolocado al politicucho, que es de lo que se trata.
Valoración personal: 4 sobre 5
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