domingo, 4 de septiembre de 2011

A vueltas con los best-seller

Hace poco más de un año, en los comienzos de este blog, publicaba un artículo titulado ¿Qué es literatura? en el que al hilo de un artículo publicado en El País por Eduardo Lago mostraba mis discrepancias con lo que uno y otro podíamos considerar literatura.
Para Eduardo Lago los best-seller no son literatura, son otra cosa. Es una opinión y como tal respetable, aunque yo no puedo estar más en desacuerdo.

Decía yo entonces:
Personalmente discrepo del autor, yo creo que un best seller también es literatura. Si no hubiera sido por esos best seller quizás hoy no me gustaría leer, cuando era niño he disfrutado veranos enteros con las obras de Verne, de Alejandro Dumas, con los corsarios y piratas de Emilio Salgari... Posiblemente eran libros escritos para entretener, para pasar el rato, pero consiguieron que me enganchara a la lectura. Hoy los niños no leen tanto, cierto es que tienen muchas cosas con las que entretenerse, pero luego cuando llegan al colegio y les obligan a leer literatura en mayúsculas muchas veces se encuentran con que ni están preparados, ni les gusta, ni lo entienden. Al final muchos terminan aborreciendo la lectura y a ellos ni best seller ni literatura de la que le gusta al señor Lago.
Y terminaba hablando de lo que nos trae el verano...
A veces pienso que este no deja de ser un tema recurrente todos los veranos cuando los medios tienen menos cosas para llenar sus periódicos, que hable un sesudo analista, que nos deje a la mayoría por tontos y que demuestre que él sí que sabe...
Un año después me encuentro, de nuevo en El País, con una entrevista realizada por el inefable Eduardo Lago, al crítico literario Harold Bloom. En la entrevista se habla de La anatomía de la influencia: (las negritas son mías)
La anatomía de la influencia es mi summa literaria, mi legado como crítico. El testimonio final de una vida dedicada a los libros. El verdadero asunto es la pasión por la literatura. Para mí, leer es la única manera de dar sentido a la vida. En el libro tiendo un puente a los millones de lectores auténticos de todo el mundo, lectores anónimos que contra viento y marea, pese a que corren tiempos terribles para la verdadera literatura, se niegan a renunciar a ella.
Entresaco un par de párrafos de la entrevista:
En lugar de hacer preguntas, sugiero leer en voz alta breves fragmentos, invitándole a iluminarlos con sus comentarios. Bloom acepta. "Gertrude Stein observó en una ocasión", leo, "que uno escribe para sí mismo y para los desconocidos, lo cual yo traduzco como hablar conmigo mismo, que es lo que nos enseña a hacer la gran poesía, y hablar con los lectores disidentes, aquellos que buscan instintivamente en solitario la literatura de calidad, desdeñando a los devoradores de J. K. Rowling y Stephen King, que llevan a sus seguidores al suicidio intelectual, haciendo que se despeñen en el océano gris de Internet". "Hoy día se ha producido un abandono de toda exigencia estética y cognitiva que son las señas de identidad de la gran literatura. La literatura imaginativa, tal y como la cultivaban Shakespeare, Cervantes, Dante y Montaigne, ha cedido ante la basura abominable de best sellers como los que acaba de citar y cualesquiera sean sus equivalentes en España y el resto de los países del mundo. ¿Qué se puede hacer ante una situación así? Llevo años luchando contra ello, pero sé que es una batalla perdida".
Pues vale, lo que ellos quieran. Me acuso de ir al suicido intelectual, me acuso de despeñarme en el océano gris de Internet y me acuso de disfrutar con libros que ni Bloom ni Lago consideran que valen la pena. Lo curioso es que se venden, se compran, se piratean, se descargan de internet y algunos hasta se leen. Otros adornan estanterías, dan estatus y cogen polvo. Yo no digo que no merezcan la pena, simplemente son distintos, pero aquellos que no los leen no son ni mejores ni peores.

Actualización: Recomendable la lectura de Por qué es importante Ken Follet, en Esquina Rota.

2 comentarios:

  1. Una manera de entender la literatura como cualquier otra, no tiene por qué ser ni mucho menos la única válida. Únicamente hacer notar lo que ha significado para la industria editorial la publicación de Harry Potter y Señor de los Anillos, me da que sin estos, difícilmente se mantendría la literatura de nicho. Como dijo un profesor mío hace años: "lo importante es leer".

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  2. Suscribo todo lo que dices. Punto por punto.

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