La piedra de la paciencia ha sido el décimo sexto libro del Club de Lectura de ZonaEreader, todos tus libros en uno solo.
Sinopsis: (Tomada de entrelectores)
En la mitología persa, sangue sabur, «la piedra de la paciencia», es una piedra mágica a la que uno le cuenta sus desgracias, sus sufrimientos, sus miserias, para confiarle todo lo que no nos atrevemos a revelar a los demás.
La piedra escucha, absorbe como una esponja todas las palabras, todos los secretos, hasta que un buen día explota. Y ese día, uno queda liberado.
En esta novela, localizada «en alguna parte de Afganistán, o en cualquier otro lugar», la piedra de la
paciencia es un hombre tendido en un colchón en el suelo, en estado vegetativo a causa de una bala alojada en la nuca. A su lado, su mujer reza por él, le atiende y le habla, mientras en las calles pasan los carros de combate y se suceden los disparos. No sabe si puede oírla, pero la mujer le reprocha haber consagrado su vida a la Guerra Santa, y le desvela, llena de rabia y desesperación, lo que nunca se atrevió a decirle: sus deseos, miedos y frustraciones, y sus secretos más ocultos. La piedra de la paciencia explotará.
Escrita en un lenguaje bellísimo, poético y descarnado, La piedra de la paciencia, justamente galardonada en el 2008 con el prestigioso Premio Goncourt, es un grito contra la sinrazón de las guerras, el fanatismo y la opresión a las mujeres en cualquier parte del mundo.
Opinión personal: Novela corta, muy corta, que se lee casi de un tirón. Aunque creo que el autor lo ha hecho bastante bien, escribiendo desde la ventana de la habitación, manteniendo las distancias, y consiguiendo fundamentalmente crear una atmósfera adecuada, a mi, personalmente, la historia no me ha llegado. Y no porque no tenga todos los ingredientes para hacerlo, que seguramente los tiene porque lo que nos cuenta es muy crudo y muy duro, y está muy bien contado..., pero a mi me ha quedado como algo lejano.
Decía antes que el autor ha conseguido crear la atmósfera adecuada y es que hay momentos en los que las frases cortas, casi de una palabra, consiguen que podamos sentir el agobio, la desazón, la desesperanza, el terror o el odio que puede sentir la protagonista. Pero igual que digo esto en otras ocasiones, pese a lo breve de la historia, me parecía que los monólogos y el desarrollo de la historia eran algo reiterativos y les faltaba algo más de profundidad. Me he quedado con una sensación de altibajos.
El final de la historia me ha gustado, supongo que porque había adivinado que podía terminar así. Lo que no sé es si ver el libro como un canto a la esperanza o más como un querer pero no poder.
Valoración personal: 2,5 sobre 5.
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