El beso del tiempo, de Braulio Llamero

Hace bien poco un compañero de zonaereader abría un hilo para anunciar la reedición en digital de un libro suyo, a través de Amazon. Y, unos días más tarde, nos anunciaba que durante 72 horas el libro sería gratis. No sucede todos los días que un “conforero” haga “outing”, o como se diga en moderno, y se confiese escritor además de lector (a dónde vamos a ir a parar, jesusitodemivida). Semejante felonía no merece otra cosa que una buena lectura.

Sinopsis: El hombre se sueña inmortal, pese a que nada hay inmortal, ni el universo que un día nació y algún otro se extinguirá. Lo que el hombre persigue bajo ese nombre es una longevidad que permita contar sus edades por siglos, por milenios... ¿Pero acaso ésta será más posible que aquella? ¿Acaso será deseable vivir siglos o milenios?
EL BESO DEL TIEMPO busca respuesta a estas cuestiones mediante una absorbente narración que atrapa al lector y le hace sobrevolar sin respiro los más insospechados paisajes, a veces del alma. La acción se desarrolla en los olvidados reinos de Espera. Tras la muerte del último guardián que vigilaba la Caverna de la Simple Verdad, el Emperador se dispone a adueñarse por fin del secreto que, según las leyendas, esconde esa caverna: el de la inmortalidad...
Con este derroche de fantasía, que bebe en las fuentes del mito, que reivindica el valor de la fábula y de lo simbólico, Braulio Llamero obtuvo el Premio de Narrativa "Mago Merlín", en su edición de 2005, convocado por la editorial CELYA. Agotada su edición en papel por esta editorial, se recupera en esta edición electrónica.

Opinión personal: El caso es que me descargué el libro, leí tres páginas y pasé a leer otro. Y espero que Braulio llegue a leer esta opinión para que consuma una dosis de su propio remedio: si hay que decir algo de “El beso del tiempo” es que la obra marca su tiempo y su tempo de lectura, obliga a quien la lee a seguir su ritmo sin atajos ni presunciones (en al menos dos sentidos). Por que la novela me ha gustado y me ha doblegado en un segundo momento de lectura con su estilo elaborado, a veces casi intrincado, en el que el orden de las palabras es, la mayoría de las veces, una sorpresa y un desafío. Algo que, en algún punto, se extiende a la trama que, quizás por otras lecturas, me ha desviado de la ruta (Como un recién nacido, Lena Blendárame-Shaya necesitaba de pronto adquirir conciencia y dominio de lo que era, de todo lo que innombrable había anidado en el interior; dotarse de la horma de una nueva identidad que contuviera a las otras, a todas las otras, para no ser tan sólo una inoperante suma de ellas). Hago algún “pero” a la trama, puntualmente a veces (¿Campo de fuerza? , ¿Y cómo de dos hombres se llegó a tanto? ¿Qué primer paso dieron?...) y en general por su amplitud y su ambición, quizás excesiva en ideas y apuntes para una obra bastante breve.

Por cierto, esa otra novela no debería estar metida en un cajón. Espero que podamos leerla prontamente.

Valoración personal: 3,5 sobre 5