domingo, 1 de enero de 2012

¿Boicot? No, gracias

El pasado viernes el Consejo de Ministros aprobó la norma que regula el funcionamiento de la Comisión de Propiedad Intelectual prevista en la llamada Ley Sinde, ideada para combatir las descargas de archivos sometidos a derechos de autor a través de internet.

Me ha gustado la valoración a este reglamento que hace Isidro en ZonaeReader, y aunque son demasiados los temas que a mi se me escapan por desconocimiento, creo que queda bastante claro que la ley tiene demasiados claroscuros, aunque también podría tratarse de una cierta ambigüedad bien calculada.

Pero no es de este tema del que quería hablar, sino de la campaña que han puesto en marcha activistas de #RedResiste a través de internet con la que se invita a los ciudadanos a que dejen de comprar las obras de aquellos músicos, cineastas y escritores que se han manifestado públicamente a favor de la norma antidescargas, vamos lo que simple y llanamente denominamos boicot.



En la página que alienta este boicot se puede leer:
El objetivo del boicot es no comprar ni consumir obras artísticas e intelectuales de autores, productores, agentes o directivos que se manifestaron explícitamente, o participaron en los grupos de presión de la redacción y aprobación de la conocida como "ley Sinde". No se intenta reducir la libertad de expresión, ni de que se ganen la vida con sus obras intelectuales; por ello no se solicita el boicot contra medios de comunicación, ni se pide que se quiten del mercado estas obras. Sólo se pide un consumo responsable; que no se adquieran obras intelectuales de aquellos que hayan apoyado y promovido explícitamente la redacción y aprobación de la "ley Sinde", o de cualquier otra ley que recorte libertades fundamentales en favor del interés comercial de una minoría.

Se justifica el boicot diciendo que no se hace por tener unas ideas u opiniones diferentes, pero yo, personalmente, no le veo otro motivo: 
No se hace el boicot por unas ideas u opiniones diferentes, sino por las acciones, esas que consiguieron la aprobación de una ley que crea un organismo administrativo de censura en la red. Tampoco se pide una persecución o caza de brujas contra los que no estén de acuerdo con el boicot, o que no lo cumplan, sólo contra aquellos autores que se manifestaron públicamente a favor de una ley que sólo les favorece a ellos, a costa de rebajar derechos y eliminar la independencia y protección judicial.

No me gusta que bajo el paraguas de defensores de las libertades se aliente cualquier tipo de boicot contra quien no piensa igual que nosotros. El tufillo a lista negra me resulta bastante evidente. Pero es que además creo que no se está siendo demasiado riguroso en la elaboración de la lista, ¿Lorenzo Silva? En ninguno de los cinco enlaces (1), (2), (3), (4) Y (5) que aparecen a la hora de escribir este artículo en la web del boicot apoya de manera explicita la Ley Sinde simplemente exige una legislación, necesaria en cualquier caso, al respecto. Pocos escritores hay además que hayan mostrado en repetidas ocasiones y con tal claridad una opostura que aboga por encontrar soluciones y aunar intereses entre creadores y consumidores.



Creo que la iniciativa es un error y que la razón que se puede llevar en el fondo se pierde con las formas, aunque esto no es más que una opinión muy personal y como tal puede estar equivocada.

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