Los autores del estudio, José Antonio Cordón García, Raquel Gómez Díaz y Julio Alonso Arévalo, parten de la hipótesis de que las descargas de libros no tienen, a día de hoy, ni la relevancia ni la magnitud que pueden tener las de música o cine, y consideran que en gran parte están motivadas por la carencia de una oferta legal variada y actualizada, así como por las deficiencias de las plataformas de distribución y venta.
El estudio me ha parecido interesante porque muestra también la "otra visión", es decir no sólo la opinión de las grandes editoriales. Para los autores
"los cálculos efectuados sobre la influencia de las descargas en el mercado del libro impreso suelen partir de una hipótesis falsa: que la descarga de un libro digital en una red p2p (peer-to-peer, de usuario a usuario) se traduce en una compra perdida."Es posible que en el mundo de la música esto esté más cerca de la realidad, pero yo coincido con los autores en que en el mundo literario las cosas son bastante diferentes.
En el estudio también se ponen en entredicho algunos de los datos del Observatorio de piratería y hábitos de consumo de contenidos digitales, impulsado por la Coalición de creadores e industrias de contenidos. Aunque desde este observatorio se habla de perdidas de más de 400 millones de euros a causa de las descargas de libros, eso implicaría según los autores que de no existir descargas la mitad de la población lectora compraría obras en formato digital, algo que evidentemente a día de hoy es impensable por multitud de factores.
Pero este estudio no se queda ahí, sino que va a lo que probablemente es el origen del problema, una oferta insuficiente o incluso nula de obras que puedan suscitar el interés de los potenciales compradores. Para ello se seleccionaron las obras más vendidas (y por tanto más susceptibles de ser "pirateadas") y se estudiaron dos canales para poder acceder a estas obras, la vía legal, paso previo por caja, de plataformas y librerías online y la "alternativa", redes p2p y lugares que informan desde dónde descargas estas obras.
Los resultados desde el primer momento resultaron significativos, muchas de las obras no eran accesibles desde la vía legal. En una segunda revisión, en la que se agregaron más libros, los resultados seguían marcando la misma pauta, y además se señala que todos los libros van "protegidos" por DRM y no se permite ni su copia ni su impresión. Además el precio de los libros está bastante alejado de lo que hoy por hoy están o estamos dispuestos a pagar los lectores.
Las conclusiones del estudio son palmarias, la oferta de libros electrónicos en plataformas de venta y distribución es escasa y las obras más vendidas en papel tienen poca presencia en formato digital, favoreciendo por tanto que los interesados acudan a lugares alternativos para hacerse con ellas.
Además la amplísima mayoría de las obras objeto de estudio llevan incluido el DRM, motivo que también puede hacer a los lectores recurrir a esas otras vías en las que estas limitaciones no aparecen.
Dicho esto me quedo con un comentario con el que me respondía Lorenzo Silva en su blog hablando del famoso DRM y las posibilidades del préstamo de los libros digitales:
Y José Luis, presta a tu familia, con mi bendición. De lo que se trata no es de evitar la solidaridad familiar, un valor maravilloso que debe seguir funcionando con el digital como funcionaba con el papel, sino otras cosas...
Dejo aquí el estudio completo en formato PDF
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