sábado, 4 de septiembre de 2010

Las máquinas de leer

Vía Libreros encuentro el artículo Las máquinas de leer, publicado originalmente por Matías Vallés en Diariodemallorca.es

Empieza así (las negritas son de mi cosecha):
Cada día atiendo a un converso al libro electrónico, acabaré abriendo un consultorio. Ninguno de los entusiastas de esa técnica de reproducción leía libros antes de comprarse los artefactos pertinentes. Tampoco piensan cambiar de hábitos. De hecho, ni siquiera les interesan los cientos de títulos que puede almacenar su biblioteca portátil, sino los trucos que permiten marcar el punto, cambiar el color del fondo de lectura, ampliar el tamaño de letra o aplicar el diccionario a cada palabra. Su exhibicionismo es más testicular que texticular, sin vinculaciones enojosas con la cultura.
Lo siento, pero no puedo estar más en desacuerdo. Eso de que ninguno de los entusiastas de los libros electrónicos leía libros antes de tener un lector electrónico es una solemne tontería además de una falacia. Quién no lee libros no se compra un cacharro para leer libros, sí seguro que alguno habrá pero el porcentaje será bastante ínfimo. Si así fuera no existirían comunidades como ZonaEbook.com o Lectoreselectronicos por poner sólo un par de ejemplos.

No penséis que el artículo deja de decir tonterías a partir de ese punto, de hecho continua del mismo modo hasta el final... Sirvan unos cuantos ejemplos:
Pertrechados con sus máquinas de leer, los tecnoanalfabetos han concluido con buen tino que la inversión les dispensa del esfuerzo lector, porque han comprobado que la asimilación de las páginas es tan ardua en electrón como en papel.
Gracias al libro electrónico se pasará de no leer nada a leer nada, a espigar accidentalmente una máquina cuya única función terapéutica afectará a los egos desmedidos de los escritores.

En fin, Matías Vallés también tiene derecho a dar su opinión...

6 comentarios:

  1. Me da a mí que este señor sí que no ha leído nada de lo que escribimos los usuarios de estos "cacharros para leer". Se daría cuenta de que ante todo somos adictos a la lectura, por eso nos compramos un aparato que sirve para, como tú muy bien has dicho, leer.

    Otra cosa sí que es cierta, la mayoría de los que hemos comprado un ereader manifestamos que ahora leemos todavía más, aunque por motivos obvios: es más fácil de transportar un aparato de estos que todo un arsenal de libros, se puede llevar a cualquier sitio y sacarlo para leer unos minutos, aumenta considerablemente la oferta de libros que tenemos a nuestra disposición...

    Me escaman estas críticas, creo que hay un trasfondo debajo de querer mantener un negocio que se ve amenazado.

    Saludos

    Juan

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  2. Me dejaban un comentario en Google Buzz al respecto de esta entrada que iba cargado de razón...

    Dubitador Tiene toda la pinta de un articulo hecho a posta para incordiar, generar jaleo y atraer atencion sobre sí.

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  3. Saludos, José Luis.

    Aún no he probado a leer en un e-book y me considero conservador en la polémica aunque no tenga los conocimientos pertinentes para tomar partido con objetividad. Un romántico, vaya.

    En cualquier caso considero el artículo de Matías Vallés deshonesto y, desde luego, no ayuda en nada a la hora de aclarar las ideas a los que aún tenemos muchas dudas. Creo que más que partidarios de uno u otro formato lo que se va haciendo necesario es que se hable con transparencia de las ventajas y desventajas que formato de papel y electrónico tienen.

    En este sentido el interés por conservar un mercado antiguo y el interés por abrir uno nuevo van a ir en contra, según creo. Como librero me gustaría que el papel sobreviviera, como lector aún no sé qué es lo que prefiero. Sé que me gustan mis libros igual que a otros les gustan sus vinilos, por ejemplo. Sé que hay música que suena mejor en vinilo pero es claro que la música que se hace hoy suena mejor en CD..., también sé que el CD es un formato caduco y el vinilo quedó para siempre, en fin... creo que también en la cuestión de los libros hay mucho que decir, pero artículos como el del señor Vallés sólo sirven para equivocar al personal.

    Saludos de nuevo.

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  4. Bienvenido Peri Lope, gracias por la visita y por el comentario.

    Yo llevaba tiempo tras uno de estos aparatos, miraba, comparaba pero no terminaba de decidirme. Ahora acaba de llegarme y lo cierto es que estoy más que satisfecho.

    Evidentemente para alguien que lee mucho termina siendo un ahorro, porque tampoco hay que engañar a nadie, a día de hoy y mientras la oferta de ebook no mejore (en calidad y precio) se tira de "alternativas".

    Sinceramente el futuro de las librerías se prevee complicado, algo parecido a lo que sucedió en su momento con videoclubs o tiendas de disco, así que si aún se está a tiempo -que yo no lo sé- habría que ir planteándose el reinventar el negocio.

    Sólo te puedo decir que si te gusta la lectura, te gustarán los ebooks, al final lo más importante es lo que leemos y no cómo o dónde lo hacemos.

    Saludos y gracias por participar.

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  5. si me permites hacer una síntesis, diría que el autor está padeciendo un agudo ataque de rabia del obsoleto. Hay abundantes ejemplos en la historia reciente de como las innovaciones tecnológicas son recibidas con irracionalidad negativa tan sólo porque atacan el estatus quo o la querida y delicada imagen del mundo que poseen estos obsoletos enrrabietados.

    visto lo grueso del ejemplo que comentas, la mejor comparación que se me ocurre es la de la historia de la bala mk ultra: Distintos jerifaltes del cuerpo de caballería, acabada la Primera Guerra Mundial y entra orientados por el tanque, acogieron con sumo gusto el mito de la secreta bala mk ultra, una bala para ametralladora que por sus especiales características podría traspasar cualquier blindaje. En ningún momento se paraban a pensar que esa bala o que cualquier otra bala atravesaría sin contemplaciones al caballo y a su jinete, pero utilizaron esta historia para retrasar todo lo que pudieron la llegada del tanque.

    Enhorabuena por el blog y bienvenido a este pequeño pero fascinante sector de la blogosfera

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  6. Gracias Juan Luis. Lo cierto es que lo publiqué porque me pareció tan ridículo y tan anacrónico que me causaba hasta gracia.

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