Intentaremos empezar por el principio, ¿Qué es Libranda? Ellos mismos lo explican en su web:
LIBRANDA es una plataforma que ofrece servicios auxiliares para la comercialización de contenidos digitales y para la promoción de los mismos.
LIBRANDA actúa como un operador logístico que presta servicios de almacenaje y distribución digital a las editoriales y a las tiendas on-line. Su principal objetivo es poner a disposición de las tiendas on-line el contenido digital de las editoriales con las que trabaja.
Paralelamente, y con el fin de aportar valor tanto a las editoriales como a las tiendas on-line con las que colabora, LIBRANDA ofrece herramientas de marketing digital para la promoción y la difusión de sus contenidos.
El modelo de negocio de LIBRANDA permite respetar la cadena de valor del libro, promoviendo la labor cultural de los autores y agentes, de los editores y de los canales de venta del libro. En este sentido, LIBRANDA no vende directamente al público final. La labor de venta la desarrollan las tiendas on-line.
Así que la primera idea que teníamos la mayoría se nos viene abajo. Libranda no vende directamente, simplemente presta servicios de "almacenaje y distribución digital" a editoriales y tiendas on-line. ¿Almacenaje? ¿Significa eso que tienen locales donde guardan discos duros con los ficheros? ¿Distribución? ¿Significa eso que cuando alguien compre un libro van a llamar al mensajero para que me lo lleve en un cd o mejor me lo envían por correo electrónico que es más moderno?
¿Qué sentido tiene una web abierta a todos? ¿no habría sido más barato una intranet a la que sólo tuvieran acceso editores y libreros, por mucho que yo no entienda qué pintan los libreros en esta historia?
En libros.soybits.com (Terremoto Libranda) lo explican así:
La puesta de largo de Libranda ha puesto en evidencia muchos de los problemas del sector en España. Sin pretenderlo, Libranda se ha convertido en el hashtag del despropósito, de la falta de comprensión del mercado y del divorcio de los lectores.
Bien es cierto que Libranda es un distribuidor digital y no una tienda, una confusión causada por su estrategia de comunicación y el planteamiento de su web. Pero también es cierto que replicar el papel del distribuidor físico en el negocio digital es rematadamente absurdo. Y es aquí donde comienzan, a mi juicio, todos los males.
En @gozque (Libranda: ángeles y demonios) hace un resumen de lo positivo y lo negativo que trae esta plataforma, pero el resumen es bastante certero:
Creo sinceramente que muchas de las críticas contra Libranda son injustas para las librerías, que son las que al fin y al cabo tendrán que vender los libros, y para los editores, que han confiado en la plataforma la gestión de su catálogo. Algo que debería haber sido una gran noticia se está convirtiendo en una bola de nieve negativa que será perjudicial para los agentes que estamos implicados en este sector y si se le sigue dando la espalda a los lectores el esfuerzo económico será en balde y terminaremos promoviendo los “mercados paralelos” del libro.
En el blog de Ediciona (Los errores de Libranda: tres en uno) coinciden con la mayoría en señalar los defectos de la plataforma. Ante la pregunta retórica de ¿por qué Libranda genera tanta animadversión? responden con tres puntos clave: Afán de protagonismo de sus miembros, una desacertada campaña de comunicación y un sitio web que confunde.
Coincido plenamente con Caldero de Munias (Libranda: las cosas no se hacen así):
Pues la cuestión es que ha aparecido una plataforma española dedicada al libro electrónico. No parece una mala noticia, sino más bien todo lo contrario ... hasta que empezamos a ver un poco lo que parecer ser. Curiosamente, no es una plataforma que se dedique a vender libros electrónicos como podría parecer lógico, sino que es ... una plataforma destinada a vender libros a las librerías. Esto podría ser más o menos lógico para el caso de libros en papel, soporte físico, CD, DVD, esculpidos en piedra berroqueña, papiro, pergamino, cuneiforme en tablillas de barro ... cosas que implican una cadena de producción y distribución pero ¿para libros electrónicos? no lo entiendo.
Aún no hemos hablado de los precios y quizás hablar de Libranda no tendría que llevarnos a hablar del precio de los ebooks (en el sentido de que ellos no venden directamente) pero nos ha servido para ver cuál es la realidad del sector. Y nos demuestran que en el precio también se equivocan, hay cosas que, maldita la gracia, pero invitan a sonreir ¿cómo es posible que haya libros que sean más caros en formato electrónico que en papel? Ejemplo tomado de El Corte Inglés:
Los tigres de Mompracem, formato papel 10,50€
Los tigres de Mompracem, formato electrónico 13,33€
Reir por no llorar. Aunque justo es reconocer que en Anatomía de la edición (Los precios de los ebooks en España y en el resto del mundo) consideran que los precios no son tan distintos. Cierto es que la muestra tomada es bastante pequeña, pero su conclusión es que:
Un análisis más detallado podría arrojar alguna otra conclusión pero después de nuestro análisis podemos afirmar que los precios propuestos por editores que participan en Libranda siguen un modelo de precios conservador pero similar al que usan en otras plataformas.
En la Bitacora del Minotauro (El asedio a Libranda) defienden a Libranda:
Me había propuesto no hablar de Libranda, pero en dos días he visto como las críticas que ha recibido son tantas, a veces tan exageradas y tan injustas y a veces partiendo de cierto desconocimiento (por ejemplo porque algunos creen que Libranda es la primera plataforma digital de libros electrónicos), que al final me veo en la obligación de hacer algo que hace un par de días no imaginaría que haría: defenderlaAunque lo cierto es que reconocen los errores que más o menos todos hemos señalado su resumen final es realista:
En general he leído muchas críticas, algunas injustas, que me dan la sensación de que estábamos esperando a que arrancara Libranda para despellejarla. No digo que sea perfecta, pero igual que dije en su momento que tampoco entendía tanta expectativa con ella (hay quizá ha estado parte del problema, la mucha expectacía que se ha levantado), porque no era nada nuevo, ya que existían otras plataformas y sobre todo que Publidisa llevaba haciendo lo mismo años, también digo ahora que lo que ofrece es la posibilidad de tener libros electrónicos de grandes editoriales , algo que muchos lectores reclamaban, y que por tanto los lectores debemos alegrarnos de este paso que aunque pequeño y quizá imperfecto puede ser el primer paso con el que empiezan todos los largos caminos. Ya lo tenemos, está ahí, no es perfecto, pero mejorará, y mejorará gracias a las críticas (sobre todo las constructivas) y a que el sector del libro electrónico coja empuje y se pueda permitir ciertos cambios, como bajar precios. Creo que Libranda es una buena noticia, como lo han sido en su día todoebook, leqtor, edi.cat, amabook,edibooks, luarna, bubok, y todas las editoriales y plataformas que llevan vendiendo libros electrónicos desde hace años.
Bienvenida pues Libranda, y ojalá que tenga éxito porque eso animara a más editoriales y a más lectores a leer en digital.
En Kindle man (¿realmente creéis que nos vais a engañar?) hacen un análisis bastante demoledor, quizás en algún momento excesivo en la forma y plantean una hipótesis que de ser cierta no dejaría de ser preocupante:
¿Sabéis a qué me lleva todo esto? Pues pese a no ser de los que creen en las teorías conspiroparanoicas, a creer en una de ellas.
Las editoriales han creado una plataforma de venta de libros electrónicos, pero la piratería sigue aumentando y las ventas son testimoniales, ergo dentro de algún tiempo irán a llorar a los del culo bajado y aceitado y a los de la grabadora y la cámara, a decirles que tenían razón, que en España la piratería es algo terrorífico y que hay que luchar en su contra. Claro, no se tendrá en cuenta el pésimo diseño realizado adrede, los altísimos precios y la inexistente oferta. No, eso no cuenta.
Lo malo es que tanto los medios de comunicación como los politicastros harán causa conjunta, o bien por interés o bien porque no tienen ni puta idea de lo que están tratando.
Pero desde luego, al paisano de a pie, al que realmente compra (o en mi caso compraba –ya os contaré sobre esto) libros, no. A nosotros no nos engañáis y, como ya he dicho otras veces, daros cuenta que somos los que con nuestros desembolsos hacemos que vosotros tengáis yates, apartamentos y querindongas.
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