martes, 27 de septiembre de 2011

Metafísica de los tubos. Amélie Nothomb

Decimoséptimo libro del Club de Lectura de Zonaereader, todos tus libros en uno solo. Ya simplemente por el título supongo que este es uno de esos libros que uno (lo digo por mi) no se leería nunca sino fuera en alguna propuesta de un club de lectura, una recomendación de algún amigo....

Sinopsis: Esta novela narra los primeros años de la vida de una niña obsesionada por el agua que, disconforme con su entorno, adopta la inerte forma de tubo como condición existencial. Con la crueldad, realismo y humor a que nos tiene acostumbrados, la autora rememora episodios de su infancia japonesa en un relato que, como su aplaudida novela Estupor y temblores, posee una gran carga autobiográfica y vuelve a eslumbrarnos con fogonazos de humor descarnado e impactante.

Opinión personal: Mientras pienso lo que escribir sobre qué me ha parecido está Metafísica de los tubos, me estoy sonriendo. La verdad es que no se muy bien qué contar, no tengo claro si me ha gustado o todo lo contrario. Si que puedo asegurar que si el libro tiene cien páginas más lo hubiera dejado.

No me gustan demasiado este tipo de libros en los que hay tanta reflexión y tan poca acción. Aunque lo cierto es que los comentarios y opiniones que se vierten son ingeniosos y divertidos. Ya de por si el tema es curioso y más aún el planteamiento pero creo que está muy bien resuelto por la autora.

Decía al principio que no sabía si me había gustado o no, intentaré explicarme. Desconozco si la intención de la autora era hacernos reflexionar con esas frases cortas y que incluso parecen de una contundencia atroz, pero lo cierto es que en ocasiones me han parecido demasiado manidas y tópicas. Lo mejor es que de vez en cuando hay guiños humorísticos que hacen esbozar una sonrisa. También me he planteado si la autora no pretendería hacernos ver que una pequeñaja no deja de ser un auténtico Dios, por el poder que posee y cómo además sabe manejarlo. Interesante, curioso..., pero no se lo recomendaría nunca a mi madre.

Valoración personal: 3 sobre 5.

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