Hace bien poquito no sabía quién era Fabián Plaza Miranda. Y relacionaba “Con
otros ojos” con una frase romántica. Pero leyendo por internet vi que una
novela titulada así recibía buenas críticas y aproveché una oferta fabulosa de
FiccionBooks.com que, durante el mes de abril, ofrecía cualquier ebook por un
euro. Miel sobre hojuelas, me dije. Además, esta editorial me cae simpática: no
hay muchas que apuesten tan decididamente por la ciencia ficción, fantasía y
terror hispanos. Que no tienen nada que
envidiar a las novelas anglosajonas mucho más en boga, y no es chauvinismo
barato.
Sinopsis: (Tomada de FiccionBooks)
La telepatía se ha convertido, en el futuro, en un medio
de comunicación habitual. A través de un enlace de nanobots conectados al
cerebro, la gente puede transmitirse pensamientos y emociones, o incluso
controlar máquinas con la mente. Raimón Wang es un
dicaste del Mempo de Barcelona, un policía mental encargado de resolver
asesinatos y delitos cometidos por “tepé”, telepatía. Sus investigaciones
siempre pasan por registrar los recuerdos de los sospechosos en busca de
pensamientos incriminatorios. Cuando es asignado para aclarar el asesinato de
Constantino Vidal, un infoneurólogo opuesto al abuso de la telepatía, su vida y
sus convicciones morales sufrirán sacudidas inesperadas.
“Con otros ojos”,
novela finalista del prestigioso Premio Minotauro en 2010, nos plantea un mundo
lleno de dilemas éticos y cuestiones sobre qué es y hacia dónde se dirige la
raza humana. Este libro es la primera incursión del abogado Fabián Plaza
Miranda en el campo de la ciencia ficción.
Opinión personal: La novela no me defraudó en absoluto. ¿Es una obra maestra del género? Tampoco lo diría, pero es claramente superior a la media, tanto por cómo está escrita, como por las ideas y visiones que el autor crea, el corazoncito de la ciencia ficción que tanto amamos los apasionados del género. En esta novela se prospecta una sociedad diferente, pero que bien podríamos extrapolar de la actual (siendo lo suficientemente atrevidos), en donde viejas y nada futurísticas pulsiones seguirán moviéndonos (la ambición, el miedo o el amor), y donde se perfila la posibilidad de un nirvana cercano y en absoluto místico. Mucha carne en el fuego espléndidamente horneada por el autor.
Valoración personal: 4 sobre 5.