Sinopsis: (
Es ésta otra obra maestra de Zweig, en la que el ajedrez surge como gran protagonista. No hay, sin embargo, que tener conocimientos de ajedrez ni ser un apasionado del juego, con ser amante de la buena literatura es más que suficiente.
La novela, de 94 páginas, transcurre en el transatlántico que va de Nueva York a Buenos Aires. Uno de los pasajeros del barco, estudioso de la naturaleza humana, siente una gran curiosidad por otro de los que allí viajan, que no es otro que Mirko Czentovic, campeón del mundo de ajedrez, un hombre anodino, cuyo centro de interés en la vida se limita al tablero de ajedrez.
Y este interés y curiosidad le lleva a intentar entrar en contacto con Czentovic para entablar conversación. Tras varias partidas con otros tripulantes, entra en escena un curioso personaje, el señor B, que parece poder desbancar al propio campeón. Y aquí comienza la verdadera historia: de cómo y por qué el señor B ha llegado a tal dominio del juego del ajedrez, hasta llegar al fantástico final. Una historia para ser leída y releída.
La técnica narrativa brillante, entreverada aquí de curiosidad, intriga y suspense, hace que la lectura coja un ritmo irrefrenable hasta el final, hasta un final que agradeceríamos tardase más en llegar. Además, la profundidad psicológica de los personajes, la sencillez narrativa y la emoción que transmite vuelven a envolver al lector sin posibilidad de escapatoria. Sublime.
Opinión personal: Aunque pueda resultar chocante no sabría decir si la novela me ha gustado o no. Por una parte me gustó el comienzo de la historia y supongo que ese fue el mayor problema, que tras un comienzo prometedor esperaba bastante más. Luego la novela empieza a entrar en unos vericuetos un tanto psicológicos y ahí me deja de gustar la historia. Sin embargo justo es reconocer que el retrato que nos hace del señor B. me ha parecido magnífico. Posiblemente esperaba que se hablara algo más de ajedrez y eso es lo que ha hecho que la historia no haya terminado de cuajar.
En cualquier caso se trata de una novela que se lee en dos ratos y que supongo que a muchos, especialmente aficionados al ajedrez, puede gustarles.
Valoración personal: 3 sobre 5.
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